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lunes, 4 de mayo de 2020

§ Décimo quinta entrada: La Expulsión del Primer Jardín del Edén en la Prehistoria

      Buenas tardes. Hay principalmente tres lazos entre la expulsión de Adán y Eva del Primer Jardín del Edén y el paso del anterior homonoide al hombre: el cambio paisajístico (de vegetación a arena), la diagnosis de la cadera femenina (menos capaz y dolor en el parto) y el surgir del conocimiento (saber trabajar). Trataremos cada lazo en un párrafo de forma respectiva y consecutiva.

      Hace entre 3 y 6 m.a., al este de África, hubo un drástico cambio en la naturaleza causado por el clima. Antes estaba compuesto por selva/bosque, lo que permitía a nuestros ancestros vivir ramoneando sin problema en cuanto a recursos y protegidos de climas agresivos; pero pasó a ser una región de desierto/sabana, desprovisto de vida y otras riquezas, forzando al habitante a sobrevivir mediante trabajo (primeras pautas culturales). Esto nos lleva a las condiciones que rodearon a Adán y Eva al ser expulsados del Primer Jardín del Edén, un espacio cargado de recursos y protecciones que permitieron una vida ideal hasta que, al ser expulsados de ese espacio, se vieron inmersos en un paisaje árido y estéril donde tendrían que vivir en base a su esfuerzo. Esto nos rememora la más célebre sentencia con la que Dios castigó a la humanidad mediante sus progenitores (Adán y Eva, más concretamente a Adán) "te ganarás el pan con el sudor de tu frente".

      Se conoce que las hembras homonoides que habitaron ese lugar idílico estaban dotadas de unas caderas más capaces que las hembras contemporáneas a nuestra era y, que además, los bebés poseían una menor bóveda craneana, dando como resultado un parto mucho más natural (en el sentido de no requerir de esfuerzo, intervenciones, etc.) y liviano que el que conocemos. Tras aquella "expulsión" del hábitat selvático, la especie femenina que resultó adaptante del hábitat desértico, nos legó una diagnosis de la hembra con caderas más cortas (esto no se sabe exactamente a causa de qué, como otras tantas cuesiones de la prehistoria, pero se cree que en consecuencia del bipedismo) y una diagnósis del bebé de craneo mayor (seguramente esté relacionado con la supervivencia del más inteligente pero, insisto, en la prehistoria nos movemos con hipótesis). Esto nos lleva a la otra sentencia más célebre con la que Dios condenó a la humanidad mediante sus progenitores (Adán y Eva, más concretamente a Eva) "Mucho te haré sufrir en tu embarazo, parirás hijos con dolor".

      El conocimiento (entregado por la Serpiente en el Primer Jardín del Edén y por el fuego -que nos remite al Diablo- en la hominización, en la prehistoria). El fuego, según las tesis más recientes, se conoce que fue el principal causante de nuestra inteligencia (y, sobre tanto, conocimiento). Nuestro organismo estaba habituado a digerir alimentos crudos, por lo que invertía enorme cantidad de energía en gestionar esas digestiones; cuando se empezó a “cocinar” con fuego (un gran adaptador para la supervivencia tras aquel cambio paisajístico), el organismo generaba la misma cantidad de energía al prepararse para una digestión de alimento crudo y, cuando se encontraba con alimento cocinado, la energía sobrante que había generado, la destinaba al cerebro. Esto nos evoca de nuevo a las mitologías más remotas, en las que se habla de una entrega del conocimiento mediante un "lucifer" (del latín, portador o hacedor de luz, literalmente), con la Serpiente en el Árbol del Conocimiento. O con prometeo entregando al hombre el Fuego Sagrado de los dioses y volviéndolos inteligentes, aunque esto concierna a la mitología griega.

      Una venta de alma al Diablo siempre se ha definido como algo que te hará superar un obstáculo vital a un coste que te lastrará por siempre. ¿Qué es el conocimiento, sino la materia con la que hemos construido todo un mundo donde sobrevivir, pero que, si nos despojamos de ella, no podremos seguir en esta nuestra construcción?


Existe discusión, entre los eruditos en la materia, sobre si debería haber debate en tanto que los lazos entre el origen científico de la humanidad y el origen mitológico es casualidad o, si por el contrario, hay un Misterio de Dios por investigar.

 

Ruiz Domínguez, J. A., (2013). El trabajo de las mujeres en las ciudades castellanas de los siglos XIII y XIV a través de la literatura
Fernández Martínez, V. M., (2007). Prehistoria. El largo camino de la humanidad, Alianza Editorial, S.A.
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